Qué entendemos por rendimiento académico?
El rendimiento académico se refiere a la capacidad de un estudiante para obtener buenos resultados en sus estudios, y está determinado por la personalidad, la motivación, la atención, la memoria, la capacidad de estudio, el esfuerzo, los recursos, la manera de relacionarse, entre otros factores.
El propósito del rendimiento escolar o académico es alcanzar una meta educativa, un aprendizaje.
Por su parte, un rendimiento insatisfactorio es aquel que se sitúa por debajo del rendimiento esperado, entendiendo este concepto como los procesos de aprendizaje que promueve el centro escolar e implican la transformación de un estado determinado en un estado nuevo.
Aún así, cabe destacar el rendimiento académico no es igual al aprovechamiento escolar, ya que existen diferentes variables que pueden afectar a la nota final del alumnado. Ya que unas malas calificaciones pueden deberse a diferentes causas, dependiendo en unos casos del alumno/a y en otros no.
Igualmente, las dificultades académicas pueden dan lugar a que estos experimenten insatisfacción personal, desmotivación e, incluso, baja autoestima. De esta forma entramos en un proceso circular, en el que la desmotivación hace que no se tenga un buen rendimiento, y esto desmotiva más a los alumnos.
5 consejos para mejorar el rendimiento académico
Como hemos comentado antes, el rendimiento académico está determinado por la personalidad, la motivación, la atención, la memoria, la capacidad de estudio, el esfuerzo... Y todo ello podemos mejorarlo y trabajarlo. ¿Quieres saber cómo? Aquí tienes 5 consejos para mejorar el rendimiento académico:
- . Crear un espacio de estudios apropiado
Si cuentas con un espacio de estudio lleno de distracciones, el rendimiento académico, seguramente, será deficiente. Por ello, encontrar un lugar apropiado para estudiar debe ser el primer punto a la hora de mejorar el rendimiento académico. Siendo un espacio que motive la creatividad e inspire el afán de conocimiento.
Y esto lo podemos encontrar en muchos sitios: en casa, en la biblioteca, o quizás en un sitio tranquilo de un parque público. Ten en cuenta que este espacio debe tener: silencio, buena iluminación natural, ventilación, ser cómodo, una mesa para trabajar, no contar con distracciones.
- Contar con todas las herramientas que se necesiten
Una vez tengamos nuestro espacio de estudio, debemos contar y saber dónde colocar todos los materiales que necesitemos: bolígrafos, lápices, papel, libros, notas...
Aunque, hoy en día, la mayoría de estudiantes dependan casi exclusivamente del ordenador para estudiar y trabajar. En ese caso, debemos asegurarnos que el equipo esté actualizado, que cuenta con los programas necesarios y que, además, funciona de forma correcta.
- Programar nuestro horario de estudio y descanso
Normalmente, los estudiantes cuentan con la ventaja de organizarse con los horarios de clase, fechas para entregar trabajos y hacer las evaluaciones correspondientes. Por lo que, está claro que tener una organización de las responsabilidades será de gran ayuda para tener un buen rendimiento académico.
Es recomendable organizar tu horario fuera de clases para estudiar y trabajar en cada proyecto. Y puedes usar las fechas de entrega y de exámenes para determinar tus prioridades.
¡Pero, recuerda! Es tan importante marcar tu horario de trabajo, como establecer un tiempo para descansar y desconectar.
- Crea grupos de estudio
Hay quien prefiere estudiar de manera individual, y también hay personas que prefieren hacerlo en grupos. Independientemente de cual prefieras, siempre resulta útil compartir ideas y discutirlas con los compañeros. De esta forma sabrás donde puede haber errores o, entre todos, puedas entender un problema y ponerle solución.
También, cabe mencionar que los grupos de estudio funcionan mejor con pocas personas y requieren de lugares adecuados para evitar distracciones.
- Duerme bien
Mantenerte despierto/a hasta muy tarde nunca es buena idea. Aunque en ocasiones tengas mucha carga de estudio, siempre podrás encontrar una solución a una noche sin sueño. Y hacerlo es una clara muestra de que no has planteado bien tu horario de estudio/trabajo.
Igualmente, recuerda que la falta de sueño evita la concentración y reduce considerablemente el rendimiento académico, evitando que recuerdes lo que aprendes.
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